sábado, 9 de octubre de 2010

RECORDAR ES VOLVER A VIVIR ¿CIERTO?







La canción de Joan Manuel Serrat llamada "Pequeñas Cosas",  narra acerca de las pequeña cosas de la vida que guardamos intuitivamente  en varias partes de la casa y al pasar el tiempo, las descubrimos nuevamente.  A escondidas las vemos y no hacen llorar donde nadie nos ve. Esa canción vino a mi mente, cuando hace poco tiempo me topé con mi cochera repleta de trebejos.
No podía imaginar que hace 10 años no tenía cochera y tampoco tenía trebejos y hoy en día parece ser que hubo una especie de conspiración para fastidiarme la vida. Ya que el acumulado de objetos parecen resistirse a ser desechados y te avientan miradas  de complicidad y sufrimiento. Como si te acusaran de ser un ingrato, como si te reclamaran tu desparpajo de ser tan frío. Como reclamándote tu ingratitud por eso pequeños momentos que te regalaron de alegría, como por ejemplo: Cuando fuiste a la playa y usaste todo ese equipo de buceo. El que te obligaron a comprar tus amigos, y tú, para no quedarte atrás porque todos tenía el suyo, lo compraste. Aunque solo lo usaras una sola vez por un par de horas, y después, fue a parar ni sabes de que forma en esa pila; junto a tus trofeos y fotos escolares.

Aún tengo la camisa firmada de mis compañeros de la secu... O el trailer de metal con llantas de hule suave, que me llevo al país de la imaginación cuando tenía 7 abriles y que recorría caminos rugosos entre mis apaches y vaqueros de plástico... O el balón de fútbol, que sobrevivió al maltrato rugoso de una turba de chicos de entre 8 y 12 años, queriendo ser los afortunados para patearlo...

Hace poco murieron mis padres... Acumularon con tesón muchas cosas que parecían tener en ellos un singular efecto; un efecto quizás... muy  parecido al que ahora parecen ejercer en mí  mis cachivaches. Lo triste del caso es que cuando la gente muere, se forma otro rito. Consiste en deshacerse lo más pronto de todo cuanto te recuerde a los difuntos. Puede que sean diversas razones que te orillen para hacerlo, tal vez... porque de plano no hay lugar, o porque te estorban a la vista... y ni modo de guardarlos. ¿Quién quiere guardar un cómodo? ¿o pañales para adulto? ¿una silla de ruedas? ¿Una cama de hospital, unas pantuflas o una ropa con la moda que tus padres usaron y que defendieron hasta su partida?
Nos esforzamos en llenar nuestras vidas con todo lo que  anuncian. Y cuando partimos nada tiene sentido...

Sin embargo, ahora creo recordar porque guardamos en algún lugar la cosas, porque es verdad lo que rezan los viejos adagios: "Recordar es volver a vivir"  "Uno vive mientras exista alguien que te recuerde" Hoy he vuelto a vivir con mis padres, aunque estén ausentes, muchas cosas, porque los he recordado. Eso significa que mis padres todavía viven, seguirán vivos en mí hasta el día en que muera. Muchos han pasado por experiencias parecidas. Lo precioso es cuando alguien con gran sensibilidad como lo es Joan Manuel le ponen letra y ritmo a una descriptiva así. Anda ve en busca de esas pequeñas cosas y vive un poquito el pasado... "¡que llorar le hace bien al alma!" reza otro adagio...
Acertixito...Octubre 10 2010
 Origen de la Imagen






Ésta Imagen la escogí entre cientos en la red después de escribir este pequeño tema y en el origen de la Imagen habla de lo mismo que hoy escribí...
Son Vínculos...de nuestro tiempo...quizás..







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