¿QUIÉN ES ACERTIXO?

¿Quién soy? el morbo de la gente....

Los primeros recuerdos que tengo se remontan a cuando tenía dos años de vida...

Aprendía leer a la edad de 3 años, después que aprendí a leer... no paraba de hacerlo. El primer libro que tuve en mis manos se llamaba el libro Mágico (un libro para aprender a leer y escribir), con él aprendí las primeras letras y con la ayuda de mis hermanos. Empecé a leerlo todo, en todos lados... Siempre fui un chico que ahora llaman hiperactivo, en ese entonces nadie sabía que era eso...

Recuerdo que estando yo a los 5 años platicando con mi madre, ella me preguntó: ¿Que era lo que yo quería ser?

Le contesté quiero ser el más alto y quiero saber.. ¿Saber qué? inquirió ella, saber el porqué de muchas cosas... le contesté...

La edad del porqué que les ocurre a todos los chicos, para mí se extendió por muchos años...

Muchos me decían que no preguntará, porque nadie sabía...

Aprendí desde niño, que muchos adultos no sabían muchas cosas, aprendí a conversar con adultos que me decían que me estaban lavando el cerebro... Pero cuando les hacia preguntas, me daba cuenta que no sabían muchas de las cosas que yo ya había aprendido.

Leer la historia se convirtió en una de mis materias favoritas y de ese modo pude aprender lo que todo mundo se pregunta y poca gente investiga.

El porqué estamos viviendo en los 1900 y tantos, a quién se le ocurrió los meses, porqué, porqué, porqué,y más porqués..

Mi primer maestro era un tipo enérgico que se preocupaba por enseñarnos.

En ese tiempo no permitían grupos mixtos en las escuelas...Mi grupo era de puros niños.. Recuerdo a uno de mis compañeros a quien su madre lo dejaba hasta el salón (no permitían la entrada a padres de familia dentro de la escuela).  Tenía que ir con él su madre para convencerle, porque el chico se orinaba en los pantalones para no quedarse en el salón, y solo así lograban convencerlo de quedarse en clase.

No entendía porque odiaba la escuela, mientras que yo estaba deseosos de aprender...Los chicos eran crueles en ese tiempo, había alumnos que habían reprobado dos o tres años. Ellos golpeaban a quién no siguiera sus reglas, o a quién los acusara... Cuando el maestro se iba con sus amigos a tomarse su café, volaban las mochilas y los cuadernos caros de la marca scribe por el salón, junto con las cajas de colores Fantasy envueltas en estuches de lujo, en ese tiempo de plástico o de metal; los estuches de geometría volaba hechos pedazos junto con los emparedados y tortas que se embarraban en los vidrios de las ventanas y después bajan lentamente embarrándolo todo...

Al muchacho mas llorón le quitaban el pantalón y se lo escondían...era el maremostrum esa clase...A mi nunca me tocaron, tenía mis hermanos mayores en la escuela...

Otros rompían hojas y las mojaban para después lanzarlas al techo, quedaban los mojones pegados o las hojas en forma de cono colgadas en el techo...

Recuerdo una vez, que pasó un payaso por todos los salones de la escuela invitándonos a la feria, regalando un cubo de cartón con unos espejos dentro para poder ver, a según... en un ángulo de 180 grados..Mi maestro de primer año regresando del recreo nos dijo: ¿quién quiere ir a la feria? muchos levantaron la mano y el maestro pasó al frente a uno de los más pillos y le preguntó:

-¿Usted quiere ir a la feria? y el muy tonto respondió:

-Sí maestro, yo quiero ir...

Acto seguido lo tomo de la mano al chico, le dijo:

 -te voy a llevar al Carrusel

El otro muy tonto sonreía al sentirse muy afortunado entre todos...

Pero el maestro... Se quito el cinturón y empezó a darle vueltas mientras que con la otra mano le daba cinturonazos...

Todos se reían...

Debo agradecer a mi maestra en segundo año de primaria, ella me mandó a comprar mi primer libro para la
biblioteca del salón...
En ese tiempo,  a mi edad de 8 años viajaba solo al centro de la ciudad de México, la vida era muy diferente a la de hoy día, había en la "Alameda Central" frente a "Palacio de Bellas Artes" una librería muy bonita... Se llamaba: "La librería de Cristal"... Recuerdo que compré un libro que tenía grabados, porque los que tenían puras letras me daba flojera leerlos...La librería estaba en plena Alameda, casi enfrente de la entrada al "Palacio de Bellas Artes", le llamaban librería de Cristal porque las paredes eran de canceles de vidrio...

                                        Algo muy similar a ésta era la Librería de Cristal


El libro que escogí, tenía unos cuantos grabados y estaba empastado con su forro de colores... Recuerdo haberlo empezado a leer durante la clase de lectura, en la hora que teníamos, una o dos veces por semana en el salón de clases... Para mala suerte mía, la maestra enfermó y nunca mas regresó, se llevo todos los libros, nunca terminé de leerlo... no recuerdo que libro fué...

En segundo año la maestra me odiaba, (la segunda maestra que tuve en este año, la primera se enfermó y nunca regresó) me odiaba por que su clase me aburría, les hacía la tarea a mis amigos por dinero. Me odiaba por no ser católico.

Recuerdo que una vez tembló por la mañana, cosa muy común en la ciudad de México y todos salieron despavoridos del salón terminando hincados en medio del patio y llorando...Yo siempre solía sentarme hasta adelante, del lado de la única puerta de acceso a el salón.... aunque salí como todos al momento del temblor no comprendía porque todos lloraban, se hincaban y algunos hasta hacían señales con el cuerpo en forma de cruz...

Ahí aprendí que las emociones son contagiosas...

Todos me decían que me hincara, yo solo atine a decir que no pasaría nada, que si Dios quería que ese día fuera el último de nuestra vida, ni aún escondiéndonos nos libraríamos...

Aún con todo obedecí las direcciones de mis maestros, porque también sabía que no debía poner a Dios a prueba...

Debo confesar que nunca tuve miedo... Y no porque fuera macho o muy valiente, simplemente no alcanzaba a comprender a mi corta edad muchas cosas...

Tuve la suerte de tener a mi lado gente estudiosa que me enseño el temor piadoso a Dios... Entre mas aprendía de él más quería saber. Fastidiaba a todo mundo por hallar respuestas...

Siempre platicaba con él, y en mi mente le hacía preguntas de todo y por todo.Todo lo que sé, es porque el me lo ha enseñado. A través de la lectura y del estudio he aprendido que ha habido otros hombres en la historia que tuvieron la misma inquietud que yo y que Dios los favoreció en su vida con conocimiento...

Y para desgracia mía tuve los siguientes tres años la misma maestra... Creo que ella me enseño lo que era el odio... Humillaba al resto del salón favoreciendo a los hijos de otros maestros que atendían su clase. Pude ver el favoritismo que les daba a los hijos de algunos padres de familia que le llevaban costosos regalos para que tratará bien a sus hijos. Algunos de esos chicos no les gustaba la escuela... ni sabían nada, pero la maestra los pasaba de año por los regalos que recibía. 

Ella me enseño a odiar la corrupción... me molestaba que nos tratara como si fuéramos estúpidos y como si no nos diéramos cuenta de su conducta tan reprobable. Eso lo vi por muchos años en muchas partes de mi país... El peor ejemplo de corrupción nos los enseño nuestra propia maestra...

                                   Me crean o no se parecía mucho a ésta señora... con regla y todo...

Ella abusaba del poder, nos daba de reglazos al estilo la maestra Canuta... Lo peor de todo... muchos de los padres eran quienes pedían ese trato...

Nos jalaba las patillas, nos pellizcaba, a muchos los levantaba y los llevaba casi a rastras de las patillas...(patillas, la parte del pelo que crece en el lado frontal del lado de las orejas)

Te pedía que pusieras todos los dedos juntos,con las yemas de los dedos apuntando hacia arriba, después con el borrador te pegaba... Muchos lloraban, otros se aguantaban. Te pedía que extendieras las manos, después de certero madrazo, te dejaba caer un reglazo con la mano abierta... Ardía... se ensañaba con hasta cinco reglazos en cada mano... Eramos unos niños de tan solo 8 años...

Nos pedían apoyar la cooperativa, el día del niño nos compraba melones rellenos con nieve, nos pedían pintar las bancas y el salón de la escuela...

Ahora de adulto me pregunto ¿Y los impuestos? ¿no pagaban todo eso y más?

Después de muchos años veía las mismas prácticas... Ignoro si hoy ha cambiado, ya no tengo a nadie en la escuela...

Para mi fortuna tuve en Quinto y Sexto año a otra maestra.... y siempre fué un amor esa maestra.... Con ella daba gusto estudiar, para ese entonces los grupos se volvieron mixtos... 

Hubo un par de compañeros mas grande que yo, 3 o 4 años mas grandes, hasta bigote tenías los condenados... eran asquerosamente odiosos como personas..

Golpeaban a todos... se ponía alguien detrás de tí sin que te dieras cuenta y después llegaba otro tipo y te aventaba, ibas a caer al piso, dándote semejante madrazo... Si protestabas y querías lincharlo decía que el solo se había agachado a recoger su dinero que se le había caído...

ya lo inmortalizaron...es el colmo

A otros los atacaban por la espalda y con las dos manos juntas apuntando los dedos hacia arriba les asestaban un golpe en el ano... Se revolcaban de dolor.. después ya caídos como no queriendo les daba una patadita a la sorda, es decir no muy dura pero si lo suficientemente fuerte para fastidiarte...

Uno de esos tipo grandulones  te pegaba en la cabeza o en las orejas un pericaso. Doblando el dedo medio apoyándolo en el índice lo apoyaban en la cabeza de su víctima para después dejar caer el dedo medio con fuerza, golpeando con la uña fuertemente tu cuero cabelludo, provocando ardor y dolor. También lo alternaban  en algunas ocasiones a tus orejas. Doblando el dedo índice apoyado o sostenido por el dedo gordo de la misma mano, después desdoblan rápidamente el dedo índice, como cuando empujas un carrito por atrás, aventándolo con el desdoblamiento rápido del dedo índice asestando un duro golpeando en  tu oreja...Te ardía la oreja y te dejaba un zumbido en el oído.

O el famoso cerillazo, te ponía el puño en la frente y después friccionaba fuerte hacia un lado o hacia atrás...

La escuela era un mar de torturas a manos de los más grandes y gandallas.

O el golpe aplicado a la canilla para que saliera la bolita al contraerse tus músculos, a las corvas de las piernas para sentir un ligero desvanecimiento en todo el cuerpo...

La patada en las nalgas golpe seco, la pamba donde todos te molían con las palmas abiertas de las manos en la cabeza., el jinete donde 4 sujetaban a un chavo. Cuatro  lo tenían sujeto de pies  y manos...después saltaba un quinto en su estómago,entonces entre los cuatro lo lazaban hacia arriba y lo levantaban como si fuera un caballo bronco y él que se montaba  imitaba a un vaquero cabalgando un caballo bronco...

El famoso sape, te daban con la mano abierta un golpe seco y certero en la nuca...

Otro sape te lo daban en la frente... Quién haya estado en escuelas militares sabe que éste tipo de trato es común...

El caballazo, alguien tomaba vuelo y  de un salto te aventaba con su peso por la espalda... Lo mismo te golpeaba con la rodilla que con el muslo.

El caballito de bronce.. te agarraban descuidado y se te montaba por la espalda jalándote de las greñas y te decían: "caballito de bronce 20 pasos o me llevas o te lleva el carajo" tenías que llevarlo cargado en la espalda 20 pasos o te jalaba más fuerte el pelo y la cabeza hacia atrás...

La famosa chiche prieta, te tomaban de un pellizco con la mano abierta las dos tetas...

Y te preguntaban: ¿Chiche blanca o chiche prieta?

Si decías: chiche prieta se te aprieta y te apretaban hasta doblarte en el piso...

Si decías: chiche blanca se te arranca y te daban tremendo jalón...

El famoso ¡Cuartos hasta la media! te pegaban con el puño cerrado en el conejo de tu brazo, sentías que se hacía pedazos y se te caía el brazo sin fuerza..

Esas peripecias y otras son las que viví de niño en la escuela y en mi barrio...

Origen de la Imagen

Debo aclarar que todas esas torturas las vi ejecutarse mas de una vez en muchos de los compañeritos mas indefensos o tímidos de mi escuela. Yo nunca fui ni víctima, ni victimario de tales practicas. Para quién nunca ha vivido en el Distrito Federal, ahí impera una ley no escrita, ignoro si aún subsista, pero en ese tiempo era de que si te metías con una persona te metías con toda su familia. Mi familia siempre fue muy grande y uno de mis primos practicaba boxeo y tenía fama de que con un madrazo ponía a dormir  a quién osara molestarlo o se quedaba con el hocico roto. El famoso ¡Punch!. Nunca hubo necesidad de que él me defendiera, bastaba con su fama y la cantidad de hocicos rotos que daban cuenta de sus puños. Pero en mi familia me enseñaron el respeto y la decencia, aunque podía ser un abusivo, nunca en mi corazón nació la idea o el deseo por humillar o golpear a otros. Desde niño tuve la facilidad para hacer amistades. Crecí en un ambiente en el que se me enseño a usar las manos para defenderme, así que aprendí varias formas de hacerlo. Pero también me enseñaron que si aprendía una disciplina la usaría para defensa personal, y no para abusar a otros con mis conocimientos. Para quienes nacimos y crecimos en el Distrito Federal es sabido que si no aprendes a respetar, alguien va a venir a enseñarte a respetar. La mayor de las veces teníamos un ambiente cordial. Mis referencias hablan de los primeros 4 años de primaria, a esa edad los niños hacen cosas así, pero a medida que va uno creciendo la gente sabe con quien meterse y con quién no. También sabe las consecuencias de no respetar. En general, con la mayoría de mis compañeros tuve un trato cordial, salvo uno o dos, el clásico imbécil que te tiene envidia, pero nunca se atrevió a retarme a golpes. El clásico imbécil que habla cuando no estas o dices cosas falsas de ti a otros, pero no es capaz de enfrentar a un hombre cara a cara. De ahí en fuera no recuerdo haber tenido altercados.

Si alguien me pregunta puedo decir que he tenido una vida plena, me siento muy bendecido considerando lo que sufrieron las generaciones de mi abuelo y de mi madre...

Estuve a punto de morir en un accidente, nadie se explica ¿como es que sobreviví?, mi bicicleta terminó desbaratada... Lo primero que hice el primer día que salí del hospital con un brazo enyesado fué subirme a una bicicleta... Pero aprendí a valorar más la vida y a ser mas prudente...


También aprendí que como te ven te tratan, la gente siempre es así, no importa donde vivas o que idioma hables, si les dice que no tienes un título Universitario te consideran un ignorante, aún que sepas más que ellos. Si tienes un título Universitario, te creen todo, no importando si dices idioteces o mentiras, pero tienes que decir las mentiras e idioteces con un buen traje de un buen corte...


Mi libro favorito "El Principito del autor Antoine De Saint Exupéry":

"CAPÍTULO IV
Había así aprendido una segunda cosa muy importante: que su planeta de origen era apenas ¡más grande que una casa !
Eso no podía sorprenderme mucho. Bien sabía que aparte de los grandes planetas como la Tierra, Júpiter, Marte, Venus, a los que se les dio nombre, hay otros centenares que son a veces tan pequeños que cuesta mucho divisarlos con el telescopio. Cuando un astrónomo descubre uno de ellos, lo bautiza con un número. Lo llama por ejemplo: "el asteroide 3251."
Tengo serias razones para creer que el planeta de donde venía el principito es el asteroide B 612. Ese asteroide no fue visto más que una vez con telescopio, en 1909, por un astrónomo turco.
Había hecho entonces una gran demostración de su descubrimiento en un Congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le había creído a causa de su vestimenta.

Los adultos son así.
Afortunadamente para la reputación del asteroide B 612, un dictador turco impuso a su pueblo, bajo pena de muerte, vestirse a la europea. El astrónomo repitió su demostración en 1920, con un traje muy elegante. Y esta vez todo el mundo estuvo de acuerdo con él.
Si les he contado estos detalles sobre el asteroide B 612 y si les revelé su número, es a causa de los adultos. A los adultos les gustan los números. Cuando uno les habla de un nuevo amigo, nunca preguntan sobre lo esencial. Nunca te dicen: ¿Cómo es el sonido de su voz ? ¿Cuáles son los juegos que prefiere ? ¿Colecciona mariposas ? Te preguntan: "¿Qué edad tiene ? ¿Cuántos hermanos tiene ? ¿Cuánto pesa ? ¿Cuánto gana su padre ?" Sólo entonces creen conocerlo. Si uno dice a los adultos: "Vi una bella casa de ladrillos rosas, con geranios en las ventanas y palomas en el techo..." no logran imaginársela. Hay que decirles: "Vi una casa de cien mil francos."
Entonces exclaman: "¡Qué lindo!"
Así, si uno les dice: "La prueba de que el Principito existió es que era encantador, que reía y que quería un cordero. Cuando se quiere un cordero, es prueba de que se existe", alzarán los hombros ¡y te tratarán como a un niño ! Pero si uno les dice: "El planeta del que venía es el asteroide B 612", entonces quedarán convencidos y no molestarán más con sus preguntas. Son así, no hay que disgustarse con ellos. Los niños deben ser muy indulgentes con los adultos.
Pero, claro está, nosotros que comprendemos la vida nos burlamos de los números. Me hubiera gustado comenzar esta historia a la manera de los cuentos de hadas. Me hubiera gustado decir:
"Había una vez un principito que vivía en un planeta apenas más grande que él, y que necesitaba un amigo..." Para quienes comprenden la vida, habría resultado mucho más cierto.
Porque no quiero que mi libro se lea a la ligera. Siento tanta pena al contar estos recuerdos. Hace ya seis años que mi amigo se fue con su cordero. Si intento acá describirlo, es con el fin de no olvidarlo. Es triste olvidar a un amigo. No todo el mundo tuvo un amigo. Y puedo transformarme en un adulto que no se interesa más que por las cifras. Es entonces por eso que compré una caja de colores y lápices. Es duro volver a ponerse a dibujar, a mi edad, no habiendo hecho más tentativas que las de una boa cerrada y una boa abierta, ¡a la edad de seis años ! Trataré, por supuesto, de hacer retratos lo más fieles posibles. Pero no estoy bien seguro de lograrlo. Un dibujo va, y el otro ya no concuerda. Me equivoco también un poco con la estatura. Acá el principito es demasiado grande. Luego demasiado pequeño. Titubeo también sobre el color de su ropa. Entonces tanteo así y asá, mal que bien. Me puedo equivocar incluso en detalles más importantes. Pero me tendrán que perdonar. Mi amigo no daba nunca explicaciones. Posiblemente me creía parecido a él. Pero yo, lamentablemente, no puedo ver corderos a través de las cajas. Quizá sea un poco como las personas mayores. Debo haber envejecido...

Continúo:


Quiero expresar mi agradecimiento por el interés que infunde mi persona en ciertas personas, el ser humano tiende a domesticar y a que lo domestiquen.


Debo confesar que soy un poco huraño...me gusta la discreción, desde que recuerdo tuve la facilidad para hacer amistades. Nunca les preguntaba nada, solo disfrutaba de su compañía y de lo que ellos me quisieran comentar. Aprendí que nunca se le debe preguntar a una persona su edad, ni cosas personales. Mucha gente se sentía ofendida cuando les preguntaba cosas así...


Cuando era niño hacía preguntas a quemarropa, pero después de hacerlas... intuía que la gente me contestaba por cortesía más que por gusto.


Así aprendía a ir valorando las relaciones humanas y me convertí en el psicólogo que todos llevamos dentro.


Aprendí a tantear los terrenos y a dejar de preguntar. Aprendí que muchas veces es mejor no saber nada... Porque en múltiples ocasiones vi como la gente terminaba en pleitos porque alguno de ellos había violado la confianza del otro.


Aprendí que si quieres guardar un secreto, empieces por no contarle NADA a nadie. Porque si tu mismo no sabes guardar un secreto ¿como esperas que los demas lo hagan?


La gente es igual en todas partes, chismosa por naturaleza...

Correo electrónico: ACERTIXO@gmail.com